jueves, 6 de junio de 2013

“La filosofía como condición humana derivada de la filosofía posmoderna”


Introducción

Este trabajo es un espacio dedicado al análisis y comentarios de la condición humana derivada de la filosofía posmoderna. En él se tratan los pensamientos de los principales filósofos posmodernos, y  sus características.  Se identifica a la posmodernidad como un proceso significativo de la transformación cultural y social de la humanidad, dándole un enfoque tanto teórico como práctico en el contexto de la sociedad actual. Al final del trabajo se anexan reflexiones personales donde se exponen posturas en relación con las creencias y principios propios de cada persona de una manera respetuosa y autónoma.

La posmodernidad

Día a día inmersos en una serie de proyectos incomprendidos e ignorados por la mayoría de las personas, vivimos la  Posmodernidad, la cual es una corriente de pensamiento que sostiene que la modernidad ha caducado o fracasado, y que sus doctrinas son meros relatos utópicos, que en lugar de un “pensamiento fuerte” sostenido en la creencia de una razón universal surge un pensamiento  débil sustentado en el relativismo y subjetivismo.  La noción de posmodernidad, históricamente, surgió en el mundo hispano en los años treinta del siglo XX, una generación antes de su aparición en Inglaterra y Estados Unidos de América. Se le atribuye a Friedrich Onis la introducción de este término, el cual lo empleaba para describir un reflujo conservador dentro del modernismo.

La posmodernidad pone en tela de juicio los postulados de la modernidad. Se observa un rompimiento con la razón y la idea del progreso material y técnico. También una desilusión y cambio por los valores universales, por los principios éticos.
Vemos entonces como la posmodernidad expresada, es el resultado actual que rechaza el concepto de totalidad. El todo es una ficción abstracta, lo único verdadero son las partes. No hay lazos comunes ni verdades objetivas y universales válidas para todo el mundo, únicamente la perspectiva individual de cada sujeto. Se piensa que no hay un solo punto de vista supremo, comprensivo, capaz de unificar todos los hechos y advierte la posibilidad de verdades relativas y la exaltación de las minorías como portavoces de la verdad.

Lyotard menciona que en estos tiempos vivimos de un relajamiento (un espíritu posmoderno) en el arte, en la política, la filosofía, la literatura, etc. A su vez los grandes mitos o metarrelatos (la epistemología, la metafísica y la filosofía de la historia) se han acabado, muestran su decadencia y su muerte.

Gran parte de estas ideas son entrevistas desde la temprana Posmodernidad con Nietzsche y Heidegger, ellos son vistos como los grandes precursores de este pensamiento estabilizador y crítico de la Modernidad. En el desarrollo de la posmodernidad abordamos pensadores como Gianni Vattimo con su pensamiento débil y Jean-Francois Lyotard con el progreso material y la razón instrumental.


PRECURSOR DE LA POSMODERNIDAD

Friedrich Nietzsche (1844-1900)


Nació en Roe Ken (Sajonia). Estudio filología en las Universidades de Bonn y Leipzing. Se desempeño como profesor de Basilea desde 1870 hasta 1878. En 1881 comenzó a padecer perturbaciones mentales que no lo abandonaron hasta su muerte, cultivó amistad con personajes como Rhode, Wagner, Bachofe, y Burchhardt.

En el desarrollo de sus concepciones filosóficas de Nietzsche se advierten, en general, tres etapas:
1.    En un primer período de carácter romántico tiene la influencia de Arthur Schopenhauer y Richard Wagner. Escribe el Origen de la tragedia (1872) y Consideraciones Intempestivas (1876).

2.    En una segunda etapa se aleja del ideal romántico para perfilarse como un investigador y conductor de la cultura humana. Destacan en este período obras como: Humano, demasiado humano (1870) Aurora (1881), La gaya ciencia (1882) y Pensamiento sobre prejuicios morales (1881).

3.    En su última etapa de pensamiento surge su obra magistral: Así hablaba Zaratustra (1883) y otras obras tales como: Más allá del bien y del mal (1889), Genealogía de la moral (1887), El ocaso de los ídolos (1883), El anticristo (1888), y La voluntad del poder (1888). Es en esta etapa de su producción filosófica y literaria donde el filósofo alemán anuncia un nuevo ideal de la existencia humana encarnada en el superhombre, así como la transmutación o cambio radical de todos los calores generalmente aceptados.


Biografía

Friedrich Wilhelm Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, hijo de Carl Ludwig (1813-1849) y Franziska Oehler (1826-1897). La temprana muerte de su padre, pastor obliga a la familia a abandonar la casa en que residían trasladándose en 1849 a Naumburgo. Allí vivirá con su madre, su hermana Elisabeth, su abuela Erdmuthe y dos tías, Auguste y Rosalie, realizando sus primeros estudios en el instituto ("Gymnasium") local, entre 1854 y 1858.

En 1858 ingresa en el internado de Pforta en el que se observaba un régimen estricto y tradicional, donde permanecerá hasta 1864. En esta época se desarrolla su admiración por el genio griego, leyendo sobre todo a Platón y Esquilo, así como por la música y la poesía, siendo un admirador de Hölderlin, realizando entonces sus primeros ensayos como poeta y músico, tanto respecto a la composición, (Allegro para piano, Phantasie for piano, Miserere, entre otras), como a la interpretación, llegando a ser considerable su habilidad al piano. Por lo demás, comienzan los problemas de salud de Nietzsche, sufriendo en numerosas ocasiones intensos dolores de cabeza que podían llegar a durar varios días.

En 1864 ingresa en la universidad de Bonn. El Departamento de Filología de Bonn gozaba entonces de gran reputación con Otto Jahn y Friedrich Wilhelm Ritschl, quienes mantenían un larvado desacuerdo que estallaría al año siguiente, trasladándose Wilhelm Ritschl a la Universidad de Leipzig. Nietzsche se traslada también en 1865 a dicha universidad, donde permanecerá hasta 1869, siguiendo los pasos de su maestro Ritschl, continuando en ella los estudios filológicos bajo su dirección, llegando a ser su discípulo predilecto.

La lectura de Schopenhauer y el abandono definitivo del cristianismo coinciden con su actividad como filólogo, publicando varios trabajos en el "Rheinisches Museum" por los que obtiene un gran prestigio entre los especialistas. En 1869 la Universidad de Basilea le ofrece la cátedra de Filología, ante los informes favorables recibidos por su profesor Ritschl, y antes incluso de haber obtenido el grado de Doctor, cátedra que Nietzsche ocupa en mayo de ese mismo año.

De 1869 a 1879 Nietzsche permanecerá en Basilea, desarrollando su actividad como profesor. En 1872 pública "El origen de la tragedia", obra muy mal recibida en los medios académicos y criticada virulentamente por algunos especialistas en filología clásica; algunos de sus amigos, no obstante, salen en su defensa, como Erwin Rhode; y otros, como Wagner, por ejemplo, la celebran con entusiasmo. Pese a ello, su prestigio entre los filólogos mermará considerablemente.

Entre los años 1873 y 1876 publica las "Consideraciones intempestivas", en las que crítica a David Strauss y el historicismo, en las dos primeras, y alaba a Schopenhauer y Wagner, en las dos últimas.

En 1879, probablemente por problemas de salud, renuncia a su cátedra en la universidad de Basilea, y comienza un período que durará diez años caracterizado por el constante viajar de Nietzsche por Suiza, Italia y Alemania, así como por la efervescencia creativa que le conduce a la elaboración de la mayor parte de su obra. En 1881 residirá fundamentalmente en Génova y Sils-Maria, pequeña localidad de los Alpes suizos donde Nietzsche intuirá las principales ideas de su filosofía futura, como la del eterno retorno y la de la voluntad de poder.
Autor de obras como: Así habló Zaratustra (1883-1885), Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía de la moral (1887), El crepúsculo de los dioses (1888), El Anticristo (1888), Ecce Homo (1889) y La voluntad de poder (1901).

Creía que los valores tradicionales habían perdido su poder en las vidas de las personas, lo que llamaba nihilismo pasivo. Lo expresó en su proclamación "Dios ha muerto". Convencido que los valores tradicionales representaban una "moralidad esclava", una moralidad creada por personas débiles y resentidas que fomentaban comportamientos como la sumisión y el conformismo porque los valores implícitos en tales conductas servían a sus intereses.

Proclamó el imperativo ético de crear valores nuevos que debían reemplazar los tradicionales, y su discusión sobre esta posibilidad evolucionó hasta configurar su retrato del hombre por venir, el 'superhombre' (übermensch). Las masas (a quien denominaba "rebaño" o "muchedumbre") se adaptan a la tradición, mientras su superhombre utópico es seguro, independiente y muy individualista. El superhombre siente con intensidad, pero sus pasiones están frenadas y reprimidas por la razón. Centrándose en el mundo real, más que en las recompensas del mundo futuro prometidas por las religiones en general, el superhombre afirma la vida, incluso el sufrimiento y el dolor que conlleva la existencia humana. Su superhombre es un creador de valores, un ejemplo activo de "eticidad maestra" que refleja la fuerza e independencia de alguien que está emancipado de las ataduras de lo humano "envilecido" por la docilidad cristiana, excepto de aquellas que él juzga vitales. Sostenía que todo acto o proyecto humano está motivado por la "voluntad de poder". No tan sólo el poder sobre otros, sino el poder sobre uno mismo, algo que es necesario para la creatividad. Al concepto de superhombre se le reprochó ser el fruto de un intelectual que se desenvuelve en una sociedad de amos y esclavos y ha sido identificado con las filosofías autoritarias.

En 1889 su salud, que ya le había dado motivos de preocupación en los años "errantes", empeora bruscamente, comenzando a manifestar síntomas de desequilibrio mental. Morirá en agosto de 1900, habiendo alcanzado una considerable fama y ejerciendo un notable influjo que se dejará sentir en el desarrollo del pensamiento posmoderno.

Respuestas


La influencia de Nietzsche en la posmodernidad señala varias aportaciones las cuales son: La proclamación de la muerte de Dios que significa, asimismo, la muerte de la razón y de la metafísica, también designó  el advenimiento del superhombre, del hombre nuevo que está más allá del bien y del mal y transmutación o cambio radical de todos los valores generalmente aceptados.

Así, Nietzsche se puede decir que paso por tres etapas filosóficas las cuales consisten en un primer período con el carácter romántico, después se perfila en el ámbito de la investigación y en la conducción de la cultura humana, y  por último en el nuevo ideal de la existencia humana encarnada en el superhombre y su ya mencionada transmutación de los valores.

Nietzsche denomina un nihilismo estático en el que los antiguos sentidos de la religión, la fe, la felicidad, la filosofía, la sabiduría, etc. ya no tienen significación porque todo se supera, envejece, agoniza y finalmente muere, es una inexistencia de principios y de significado hacia la totalidad, hacia los fundamentos antiguos.

Ejemplos de ello lo podemos encontrar en la filosofía histórica donde se concebía al ser como un ser estático, único y eterno de los metafísicos, en el estatismo del ser, es decir, "el espíritu puro", y el "bien en sí” de parte de Platón." La moral como valor supremo en todas las fases de la filosofía y la metafísica como ciencia suprema que ocupa de los primeros principios y causas últimas.

Los valores supremos para Nietzsche son la fortaleza, los impulsos vitales y la voluntad de dominio, estos comparados con los valores actuales de los jóvenes podemos decir que son representativos de la idea de Nietzsche, como es el caso de la fortaleza, los jóvenes comparten una gran fuerza, muchas ganas de vivir. En cuanto a los impulsos vitales los jóvenes suelen ser impulsivos, no piensan antes de actuar, se dejan llevar por sus instintos. La voluntad de poder se representa en la imposición que expresan, y el querer tener siempre la razón, imponer sus ideas y creer que esa es la verdad. 

Para Nietzsche, la muerte de Dios, significa la muerte de la razón y de la metafísica, lo cual indica el declive de la cultura del hombre moderno de todas las religiones ideológicas.

En la concepción de la verdad y la mentira de Nietzsche subyace la idea posmoderna de los metarrelatos, porque según los filósofos posmodernos, los metarrelatos se refieren a teorías y doctrinas modernas sustentadas en supuestas verdades universales y valores trascendentes o metafísicos, y a lo que se dice verdadero viene siendo según Nietzsche una hueste de movimiento de metáforas, metonimias, y antropomorfismo. Los cuales están en contra de los ideales posmodernos y de un relativismo verídico, porque al decir que existe la verdad, consecuentemente se piensa acerca de la existencia de la mentira, de manera análoga podemos ilustrar que el pensamiento moderno sienta sus bases en absolutismo como blanco y negro y descarta los grises que toma muy en cuenta el posmodernismo.

La filosofía de Nietzsche entraña un vitalismo, debido a que se expresa en principios de una nueva valoración; la formación de una nueva lógica para la vida y veía a la vida humana como un hecho fundamental.

Para él, la transmutación de valores consiste en la inversión de los valores de moral tradicional a la del superhombre. Es decir, se refiere a un cambio radical y profundo de los valores. Los valores que en un tiempo imperaron serán cambiados por otros completamente nuevos.

Las diferencias entre nihilismo pasivo y activo son las siguientes:
Nihilismo Pasivo: Es el estado de decadencia,     que se caracteriza por un desprecio a la vida como voluntad de poder.
Nihilismo Activo: Señala que la capacidad para aceptar este mundo con todas sus limitaciones como única posibilidad de desarrollo humano.

Otra idea destacada del pensamiento nietzscheano es la del “eterno retorno”. Según la cual la vida y la historia es un ciclo en el que todo habrá de repetirse. En efecto según el eterno retorno los momentos vividos y las diversas situaciones se habrán de repetir. El medio para llevar la doctrina es la transmutación de todos los valores. Esta doctrina se asemeja a las religiones donde se cree que existe una reencarnación del ser, la cual es la creencia consistente en que la esencia individual de las personas (ya sea mente, alma, conciencia o energía) adopta un cuerpo material no solo una vez sino varias según va muriendo. Todas las religiones llamadas dhármicas (con origen en el hinduismo) afirman que la reencarnación existe en un ciclo sin fin (rueda del karma).



EL SENTIDO DEL SER

Martin Heidegger



Nació el 26 de septiembre de 1889 en Messhirch, pequeño poblado rural del país de Bader, al sureste de Alemania. Su familia profesaba el catolicismo. En e1903 ingresa a Liceo Clásico de Constance. En 1906, se inscribe al de Friburgo, en Brisgau, donde termina sus estudios secundarios. Más tarde estudia filosofía en la universidad de Friburgo donde fueron sus maestros filósofos como Rickert y Husserl. En 1914, al estallar la Primera Guerra Mundial, Heidegger se doctora en filosofía con la tesis “La doctrina de las categorías y de la significación en Dus Escoto”.

En 1923 es nombrado profesor titular en Marburgo y en 1929 sucede a Edmund Husserl, su antiguo profesor y creador del método fenomenológico, en la cátedra de filosofía de Friburgo y al hacerlo pronuncia una lección inaugural con el tema ¿Qué es metafísica? Ese mismo años se publica su ensayo sobre la esencia del fundamento y su obra Kant y el problema de la metafísica.

Su indiscutible preeminencia dentro de la filosofía continental se ha visto marcada siempre por la polémica, sobre todo la de su adhesión al régimen nacionalsocialista, manifestada en el discurso que pronunció en la toma de posesión de la cátedra en la Universidad de Friburgo (1933). La renuncia a la cátedra, muy poco después de ocuparla, no evitó que en 1945 fuera destituido como docente en Friburgo, tras la ocupación de Alemania por los aliados.

 Sólo en el año 1952 se reincorporó, si bien su actividad académica fue ya mucho menos constante. Aunque recibió de algunos de sus discípulos, como Marcuse, la sugerencia insistente de que se retractara públicamente de su discurso de 1933, el filósofo desestimó el consejo y nunca quiso dar explicaciones. Si bien para algunos es imposible abordar su obra sin reservas, la mayoría de filósofos y estudiosos actuales prefieren tomar el trabajo de Heidegger en su sentido estrictamente filosófico, que no resulta menos controvertido. Desde la filosofía analítica, su obra ha sido criticada con dureza, sobre todo por Carnap. Pero el pensamiento heideggeriano también ha suscitado adhesiones entusiastas: así, la filosofía francesa de las décadas de 1960 y 1970 (Derrida, Lévinas, Ricoeur) admiró la capacidad de precisión de su lenguaje, así como su aportación al discurso humanístico.

La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos. El primero viene marcado por Ser y tiempo, obra que, pese a quedar incompleta, plantea buena parte de las ideas centrales de todo su pensamiento.

En la segunda etapa de su pensamiento, el filósofo estudia la historia de la metafísica como proceso de olvido del ser, desde Platón, y como caída inevitable en el nihilismo (cuando se piensa el ente tan sólo, éste termina por aparecer vacío). En sus últimas obras, realiza un acercamiento al arte como lugar privilegiado donde se hace presente el ser. Para Heidegger, se hace también necesario rehabilitar los saberes teórico-humanísticos, a fin de mostrar que lo que constituye a todo hombre en cuanto tal no es su capacidad material de alterar el entorno, sino la posibilidad que tiene de hacer el mundo habitable: el hombre debe comprender que no es «el señor del ente sino el pastor del ser» y que «el lenguaje es la casa del ser». Antes que la técnica, el lenguaje, y en general la conciencia (la capacidad de interrogarse del Dasein), son los dos elementos que constituyen al hombre en cuanto existente o, lo que es lo mismo, en cuanto hombre.


Respuestas


Discípulo de Edmund Husserl, adoptó su método fenomenológico que expresa en el principio volver a las cosas mismas, a su esencia, frente a todo tipo de cuestiones sólo aparentes y nada rigurosas. A esta forma de pensar, Heidegger incorpora el elemento de una hermenéutica o interpretación que permita justamente interpretar las condiciones de posibilidad de los fenómenos.

La obra  fundamental de Heidegger es “El ser y el tiempo” la cual publicó en febrero de 1927. Cabe señalar que esta obra quedó inconclusa, pues sólo llegó a salir la primera parte ya que los resultados obtenidos en ella (dedicada al análisis del ser ahí o del hombre) impedían tratar la segunda que retomaría el problema del ser en general, verdadero meollo y punto de partida de la filosofía de Heidegger.

En esta obra se interesaba primordialmente en la investigación del sentido del ser en general. Ya que él no se consideraba propiamente como un existencialista, pues su preocupación fundamental no era la existencia humana sino el sentido del ser en general.

Heidegger no se considera propiamente como un existencialista debido a que el existencialismo es una serie de doctrinas que coinciden en sostener que primero es la existencia y después la esencia. Menciona que el hombre comienza por existir y después se define de acuerdo a sus elecciones y proyectos, aspecto un tanto deferente a la idea de Heidegger, el cual se preocupa por el sentido del ser en general y no sobre la existencia humana.

La tarea fundamental de la filosofía consiste según Heidegger en aclarar y dilucidar el sentido del ser.

Según Heidegger la filosofía era diferente entre las demás ciencias, debido a que la filosofía estudia el ser del siendo, y las ciencias se encargan del siendo solamente, es decir no acepta una concepción que subordine a la filosofía a las ciencias particulares, ya que la filosofía tiene un dominio y prevalencia en cuanto a la investigación del ser en general.

La importancia del Dasein:
Es el “ser ahí”, el ser humano concreto y finito, situado, arrojado en el mundo sin justificación alguna. El dasein es la existencia, la realidad humana, el estar siendo, el cual es más importante sobre los demás entes o seres porque en el curso de su comprensión abre, se revela la realidad del Ser. El hombre o dasein no es el ser, sino el medio a través del cual se da o se abre el ser; así, el hombre es “custodio” o “pastor del ser”. Lo que significa que el hombre controla su ser.

Heidegger como muchos otros filósofos existencialistas, distingue dos modos de existencia: la inauténtica y la auténtica. La existencia inauténtica consiste en entretenerse con las cosas, en placeres estéticos, y un olvidar de la tragedia de la existencia.  La auténtica, en cambio, es un abrasarse de la fragilidad del existir y de la angustia que provoca, una presencia constante del destino último de la existencia: la nada, a través de la muerte.

Para él  la muerte llega ser de suma importancia, pues declara que es la posibilidad extrema e inevitable en la que el ser ahí llega a existir de forma autentica. La muerte es, en fin, la posibilidad invencible.

La muerte es intransferible en la existencia humana debido a que la muerte es la posibilidad más auténtica de la existencia, es el fin que nos hace saber que existimos, y es intransferible porque alguien no puede morir por mí para que yo no muera. La posibilidad de morir es tan propia y exclusiva que el hombre concreto, que impide toda relación con otros seres, la muerte aísla. Heidegger de los tres éxtasis del tiempo: presente, pasado y futuro, le da preferencia al devenir. El tiempo existencial es una vivencia real que comienza por visualizar algo en el futuro para situar este proyecto, en lo posible, en el presente, de ahí la importancia del futuro para al autor de El ser y el tiempo.


PENSAMIENTO DÉBIL

Gianni Vattimo



Nace en 1936 en la ciudad de Turín, Italia. Ha escrito obras como: El concepto del hacer en Aristóteles, Ser, historia y lenguaje en Heidegger; Scheleiermacher, filósofo de la interpretación; El sujeto y la máscara; Nietzsche y el problema de la liberación; Las aventuras de la diferencia; Más allá del sujeto; Nietzsche, Heidegger y la hermenéutica; El fin de la modernidad; La sociedad transparente; Ética de la interpretación; Más allá de la interpretación y Creer creer.

Este filósofo posmoderno analiza la modernidad a partir de Nietzsche y Heidegger, utilizando conceptos tales como la idea de la muerte de Dios y del final de la metafísica.

Vattimo nació en la era de los nacionalismos, en la época del desplome de la corriente de pensamiento llamada metafísica, la era del horror ante el maquinismo irracional, los campos de concentración, y la bomba atómica. Turín, su lugar natal, es una ciudad italiana marcada por la influencia de Nietzsche, a quien había dado alojamiento y donde le sobrevino el ataque que cesó su producción filosófica. Ese contexto fue su hogar para el estudio de la filosofía, cuyos estudios luego completó en Heidelberg, cuya impronta lo introdujo a la filosofía de Gadamer, sólo bajo cuyo diálogo y honesta rebeldía tiene sentido la obra de lo que hoy son cuarenta años de infatigable trabajo filosófico. Profesor de Estética en la Universidad de Turín desde muy joven, ya en 1961 publicaba El concepto de producción en Aristóteles. Con un fuerte acento de la influencia de Gadamer, publica dos años después Ser, esencia y lenguaje en Heidegger y, continuando con sus estudios estéticos en la misma orientación, en 1967 publicó Poesía y Ontología.

Varios de sus últimos textos tratan el tema de la religión, entre ellos Creer que se cree, de 1996, Después de la cristiandad, de 2002 y El futuro de la religión, ésta última del 2005. El trágico sentido de la era postmetafísica es reencontrado por Vattimo en relación estrecha con la historia de la religión católica, que pertenece sin duda a la esencia trágica de Europa. Una búsqueda afirmativa, amable con el catolicismo, señalada por su tradición y su concepción de la verdad, desemboca en un auténtico pensamiento religioso, crítico de la Iglesia, pero a su vez su deudor agradecido.

Para Vattimo, hemos entrado en la postmodernidad, una especie de ‘babel informativa’, donde la comunicación y los medios adquieren un carácter central. La postmodernidad marca la superación de la modernidad dirigida por las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes verdades, de fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del acontecer. La postmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a la diversidad.

Respuestas

La modernidad entra en crisis cuando la concepción de historia deja de funcionar, cuando la historia deja de ser una representación del pasado construido por los grupos y las clases sociales dominantes. Lo que ahora existe son imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos de vista. Llegando así a un relativismo histórico.

El relativismo histórico quiere decir que no hay verdades universales o absolutas en la historia.

Por otra parte, la sociedad de la información se contrapone a una sociedad ilustrada en la medida en que soslaya el ideal de  una sociedad transparente regida por la verdad.


PROGRESO MATERIAL

Jean-Francois Lyotard




Filosofo francés nacido en Versalles en 1924 y muerto en París en 1998. Antes de abordar el estudio de la posmodernidad en 1970, fue miembro del grupo “Socialismo o barbarie”, un grupo de la izquierda crítica conformada por intelectuales franceses iniciado en 1956, durante las revueltas de Hungría que se oponían al stalinismo del comunismo soviético.

Lyotard fue profesor emérito en la Universidad de Paris y miembro del Colegio de Francia. Entre sus obras figuran: Economía libidinal (1974), La condición posmoderna (1979), La diferencia (1983), La confesión de Agustín (obra póstuma e incompleta), La posmodernidad explicada para niños.

En su primera obra, La fenomenología (1954), entabló una polémica con las teorías semióticas y estructuralistas.

Lyotard criticó la supremacía que toda la tradición filosófica occidental desde Platón ha concedido al discurso. En Discurso, figura (1971) mostraba la existencia de un espacio alternativo al discursivo-representativo: se trataba de un espacio figurativo en el que la esencial opacidad de las imágenes que lo constituyen oponía resistencia a cualquier intento de traducirlas en términos discursivos y comunicativos.

A través del análisis de este fenómeno, mediante un pensamiento afirmativo basado en el deseo (Economía libidinal, 1974), se hace explícita su crítica a la teoría de Marx sobre la alienación que produce el capitalismo. De hecho, no se trata de buscar una alternativa única a la constante y progresiva desnaturalización generada por el capital, sino de demostrar cómo, debajo de este último, actúa una economía del deseo que da lugar a varias pulsiones.

Con La condición postmoderna (1979), superó este planteamiento: la época posmoderna se caracteriza por la decadencia de la legitimación de varios niveles de existencia a través de los "grands récits" y por la emergencia de una multiplicidad de lenguajes irreductibles entre sí. A través de la elaboración de una teoría del lenguaje que se basa en la constatación de la inconmensurabilidad de los múltiples juegos lingüísticos, llegó a defender la necesidad de formular una nueva teoría del juicio de valores, partiendo del modelo kantiano. Otros títulos de su producción son A partir de Marx y Freud (1973), Instructions païennes (1977), Au just (1979, en colaboración con Thébaud), El desacuerdo (1983), El entusiasmo (1986) y Moralidades posmodernas (1993).

Respuestas

Bajo una  mirada pesimista, propia de la posmodernidad Lyotard hace una crítica al concepto de razón y de sujeto que impera en la modernidad. Frente a la idea del progreso la posmodernidad establece una ruptura, rechazando, cuestionando que en la historia se encuentre una linealidad temporal.

Los metarrelatos, en los cuales se apoyaba Lyotard, son relatos explicativos que tratan de legitimar un mundo racional lleno de promesas metafísicas.

La sociedad moderna explicaba el progreso  cuando diversas áreas del ser humano  avanzaban a un desarrollo lineal por la esperanza de un futuro mejor.

La razón instrumental consiste en la razón pragmática  y técnica que persigue fines inmediatos propios de una mentalidad tecnócrata y modernos. Encaminada a conseguir fines materiales, empleando para ello las herramientas adecuadas desde el punto de vista técnico y económico, plantea entonces una crítica a la razón instrumental, si se supone que está al servicio de la humanidad, de sus ideales de felicidad, de justicia, libertad, etc, acaba por convertir al ser humano en esclavo de la máquina.

La razón instrumental, encamina al dominio de la naturaleza, no ha conducido a la emancipación, sino a la explotación del hombre. El industrialismo capitalista, con la estandarización de la producción ha posibilitado la caída del sujeto.

Ejemplos de acontecimientos que cita el autor Jean-François en determinadas fechas y lugares.

Auschwitz

Fue un complejo formado por diversos campos de concentración, de experimentación médica y de exterminio en masa de prisioneros, construido por el régimen de la Alemania nazi tras la invasión de Polonia de 1939. Lugar Polonia, fecha desde la apertura en mayo de  hasta el 27 de enero de 1945.






Budapest, 1956


La Revolución húngara de 1956 fue un movimiento revolucionario espontáneo de alcance nacional contra el gobierno de la  República Popular de Hungría y sus políticas impuestas desde la Unión Soviética, que duró desde el 23 de octubre hasta el 10 de noviembre de 1956.



Crisis 1929



La llamada Gran Depresión se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa del 29 de octubre de 1929 (conocido como Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. 
Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios de los cuarenta.




“Mi filosofía de vida”


Mi nombre es  Ángeles Berenice Rojas Moreno, describiendo quien o como soy,  podría decir que  siempre cuento con esperanza y disposición para poder tener progreso en la vida, busco no solamente mi bien, sino también el de los demás.  Me esfuerzo  en como cumplir mis metas de tener un futuro mejor para las generaciones que vienen y  para la mía, por medio de valores y ejemplo de ayuda solidaria.  Definitivamente a la corriente filosófica a la que me apego es la filosofía existencialista.

Rojas Moreno Ángeles Berenice







“Todos buscan un maestro perfecto; lo que pasa es que los maestros son humanos”

Paulo Coelho


Mi filosofía de vida se basa en la frase anterior, la cual partiendo en la búsqueda natural que tenemos los seres humanos de tener algo que seguir, algo en lo cual creer, buscamos diversas corrientes e ideas que satisfagan, no al cien por ciento, nuestro deseo, pero si parcialmente.  Con todas esas ideas que la filosofía aporta acerca del principio de la vida y de las respuestas a los por qué, podemos indagar y tomar ciertos aspectos que vayan de acuerdo a lo que pensamos y a lo que nos han enseñado. Lo segundo tratado en la frase toma su lugar cuando ya teniendo plena confianza del deseo por creer en algo, es vital conocer aquello, saber su origen y su fin. Algo en que creer se basa en ideas e interpretaciones de hombres. Hombres que si bien tuvieron amplio conocimiento, sabiduría e iluminismo, no fueron más que pensadores de su tiempo. En mi vida es una realidad no basarme en ideas y filosofías humanas, sino divinas, creo en un Dios, en un maestro que es sobretodo Jesucristo, en el cual se expresó la máxima plenitud de Dios, el único Dios. Respondiendo a la pregunta de quién soy, yo soy una hija de Dios, una persona llamada y escogida, con un propósito específico que cumplir en este tiempo en la Tierra, no pertenezco a este mundo y sé que mi estancia es pasajera, que todo esto que ahora veo, estas palabras que he estudiado a lo largo del curso van a pasar, pero nunca la Palabra de Dios, por más refutada que este, por más criticada u odiada, nadie ha podido vencerla. Y he de aclarar que no estoy hablando de religión, ni me considero una persona religiosa, me considero que tengo una relación personal con mi Señor, sin ataduras, sin miedo, sin requisitos que cumplir, sin mediadores humanos, sino con plena confianza y en amor. Quién soy, soy una mujer, una sierva de Dios, un instrumento escogido diseñado para alabar, para honrar, para adorar, para que en mí se forme el carácter de Cristo, para que en mí empiece y concluya una obra que Dios empezó. Soy un ser espiritual, soy un ser que tiene esperanza después de la muerte, una gloria eterna, un gozo interminable, una recompensa sin medida, soy una persona tremendamente bendecida, en este tiempo en la que el relativismo de la verdad es tan fuerte, yo me levantó creyendo en una sola verdad, en la verdad absoluta de la Palabra de Dios, en Jesucristo el único camino para llegar a Dios y la única verdad. Mis valores se centran en el amor principalmente, en la esperanza, en la verdad, en la fe, en la seguridad de que tengo un Dios todopoderoso que tiene planes de bien para mi vida, que sobre todas las cosas, las circunstancias de mi vida, sé y tengo plena seguridad de que todo es para bien. En eso se centra mi vida, la cual denomino Cristocéntrica, me declaro en contra de cualquier otra postura fuera de la Palabra de Dios, cualquier interpretación en mi opinión está de más. Mi fortaleza, mi confianza, mi futuro y mi presente se basan en lo que Él es. Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas, a Él sea la gloria, porque el vivir para mí es Cristo y el morir es ganancia. El es mi maestro, mi ejemplo a seguir, la perfección, el ser más grande, lo mejor que me ha pasado, la mejor decisión. Haberlo aceptado como mi Salvador, como el Rey de mi vida, por medio de su sacrificio, no existe mejor experiencia dentro de cualquier tiempo, Él es el Principio y el Fin, el Alfa y el Omega, el que sana mis heridas, el que me fortalece y todo lo que he hecho, lo que he logrado, si es que algo he ganado, es por Él y para Él, para su gloria. Creo que en mi vida es invalido el dicho de que todo en exceso es malo, creo que el disfrutar de su presencia y estar embriagado en ella, no es suficiente, no existe exceso porque en su presencia hay plenitud de gozo. Mi anhelo ferviente es que cada persona tenga una relación personal con Jesucristo, ojo que no estoy diciendo que tenga una religión o que se convierta al cristianismo, sino que en verdad conozca al Dios verdadero, un Dios de AMOR y no de condenación, ni de temor. Amo mi vida, y la vida que tengo en Él. Mi vida se basa en el amor, en el amor primeramente a Dios y el amor a mi prójimo, porque en eso se resume todo: AMOR.

Roque Marín Perla Joselyn




Referencias




  • Filosofía
         Gustavo Escobar Valenzuela
         Grupo Editorial Patria
         Primera reimpresión
         México, 2013


                                           









1 comentario:

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